Una pareja de ancianitos llega a un restaurante. El viejito llenaba a la ancianita de atenciones, y se dirigía a ella con palabras de inmenso cariño:
- Ven, mi vida. Siéntate, mi cielo. ¿Estás a gusto, reina?. ¿Qué quieres pedir, ángel?"
El mesero observaba aquello y estaba impresionado. Poco después la viejita se levantó de la mesa para ir al baño. El mesero, sin poderse contener, va con el ancianito y le pregunta:
- Perdone usted la indiscreción: ¿Cuantos años tienen ustedes de casados?
- Estamos celebrando 65 años de matrimonio.
- Caramba, señor! -dice el mesero-. ¡Estoy conmovido! Sesenta y cinco años de casados, ¡y cómo le habla usted a su viejita! 'Mi vida'...'Mi cielo'...'Mi reina'...'Mi ángel'...!
A lo que responde en voz muy baja el viejito:
- Es que ya no me acuerdo cómo se llama...
Una pareja se va a casar. Él tiene 90 años y ella 85. Entran en una farmacia y el novio les pregunta al farmacéutico:
- Tiene remedios para el corazón?
- Sí, contesta el farmacéutico.
- Y ¿remedios para la presión?
- Sí, contesta el otro.
- Y ¿remedios para la artritis?
- Sí, contesta nuevamente.
- Y ¿remedios para el reumatismo?
- Sí, sigue contestando.
- Y ¿para la osteoporosis?
- Sí, claro.
- Y ¿Viagra?
- Sí, también.
- Y ¿remedios para el colesterol?
- Sí, también, tenemos de todo.
Entonces el novio mira a su novia y le dice:
- Querida, ¿qué te parece si ponemos la mesa de regalos aquí?